Lejos de la montaña en un lugar cercano al mar, un niño comía
longorón. Salía cada mañana de su choza con un cuchillo de piedra y hacia
largas excursiones por la costa, ahí al pie de la mañana, casi al mediodía se
sentaba flaco como él era con su pelo hirsuto frente a la playa, bajaba lentamente las grandes
piedras de la playa y ahí con sus amigos sacaba conchas del mar, longorones,
ostras y ostiones y los abría con su cuchillo.
Una a una iban cayendo los moluscos en sus manos y las de sus amigos, comían y comían hasta
reventar, luego tomaban un descanso bajo
la sombra de algún mangle y esperaban a que llegara la tarde.
Asi fue por un tiempo, la playa era su lugar favorito,
comían y dormían, pero los domingos, ay los domingos, había que ponerse ropa
ajustada y corbatín, en fin, peleaba con la madre sin embargo, se lo ponía
junto con sus botines, y salían a la iglesia que estaba en el otro extremo de
la playa.
Iba de la mano con su madre, una mulata recia de traje
oscuro y muy religiosa, lo llevaba por el camino, de la casa a la iglesia, se
portaba como todo un caballerito y se sentaba en las segundas o terceras bancas
para no tener que estar frente al scerdote. Una vez que terminaba el suplicio,
volvia a su playa a mecerse entre las ramas y capturar ranas que comía con
gusto.
Lo de la misa era algo que su madre le había inculcado para
que aprendiera los preceptos de Dios, y el orden que rige la vida, aunque le
costaba entender todo, iba aprendiendo lo que le contaban en la misa. Que si
Jesus sufrió, que si Jesus se reunía con los sabios del pueblo, y aprendia de
memoria los mandamientos.
Un dia tuvo un sueño, vio una mujer que le hablaba y le
decía, ¿A dónde esta el pastor?, ¿ a dónde esta el pastor?.. no sabia de que se
trataba, pero al fin comprendio que algo querria decr el mensaje asi que con su
letra de tercero de primaria escribió el sueño y lo guardó junto con sus
tesoros, un par de piedras, coral, cuarzo, y muchos picos de ave.
El bueno del pequeño, salio una mañana como siempre, y dijo
¿Qué estoy haciendo aquí? Y pensó, el mar me lo ha dado todo y la iglesia me ha
puesto en orden, ahora ¿Qué haré?... Miró el horizonte y pensó volverse
marinero, asi que tomó rumbo a los astilleros a enrolarse, agarró una camisa se
la anudo al ombligo, tomó sus pantalones de pesca y camino como hombre, pero
aun era muy pequeño, pero estaba determinado a triunfar.
Comenzó con el carpintero y rápidamente aprendió el oficio,
tallar, cortar, enfilar, perfilar, y construir. La quilla, los aparejos, en
fin,,,
Estuvo unos dos tres meses construyendo barcos, hasta que se
cansó y regresó a su playa a comer longorón con los amigos.
Abrio su caja de tesoros, y encontró otra vez el sueño,
escrito con su letra de tercer año, para
entonces ya estaba en la secundaria, y ligero como todos los chicos de
secundaria decidió ir al monte y ver si había un pastor por ahí.
Cogió su machete, su morral, y una cantimplora con agua y
subió al monte, se alejo por primera vez en su vida de la playa, y se internó
en la maleza, iba gritando, ¡pastor! ¿Dónde está el pastor? En su morral
llevaba una libreta con una estilográfica y comenzó a dibujar el paisaje, se
imaginaba un pastor llevando a los merinos desde lo alto de la cumbre hasta el
mar, pero no lo veía, asi que escribió un cuento en respuesta a la virgen, por
que con ella había soñado, y le dijo que si que había un pastor, que lo había
visto y que que quería de el.
El sueño tardó en reaparecer a la tercera noche de su
travesia por el monte le dijo, ve y habla de lo que ves. Lo decidió entonces,
sería escritor. Narraría sus sueños.
En el pueblo donde vivía solo había una sala de cine muy
maltrecha y muy olvidada, pero se sentó ahí a entrevistar al cacaro, le comentó
que quería ser escritor y el cacaro le dijo que aquello era una tarea fácil pero
en la cual debía haber constancia. Le enseñó lo primero que había escrito, un
poema sobre el agua y la hierba. Le dijo que si era posible poner eso en una
película? Le dijo por que no? Tomaron el cinematógrafo y fueron al monte a
filmar el viento y el agua. A nadie le gustó el tema, pero era lo que había en
aquel momento.
El pequeño gran hombre, creció, siempre cerca del cácaro. Le
llevaba sus cosas en fin, estaba aprendiendo el oficio de escribir el oficio de
contar historias. Un dia se le ocurrió una historia, una historia hermosa, una
historia de amor, y es que estaba enamorado. La había visto un dia cuando
caminaba por la central, una mujer bella, linda hermosa, fresca como la mañana
en que comía longorones.
La invitó a salir, sonaba entonces “hoy corte una flor”
y Llovia y llovía “ esperando a mi amor”,
y la tomo suavemente de la mano. En aquel tiempo había que tomar vapor
para salir del istmo. La llevo a su
playa, a su hogar, a su catedral en la tierra y la desposó frente al mar. Le
juró amor eterno y la arrulló entre sus brazos.
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